Proyecciones realizadas hace décadas sobre el Cambio Climático se han hecho realidad antes de lo previsto y a una escala alarmante. De hecho, el margen de 1,5 ºC por encima de los niveles pre industriales al que se trató de limitar el aumento de la temperatura en el Acuerdo de Paris, se sobrepasará a finales del 2030. Dicho escenario tiene su causa principal en el cambio climático, que según se afirma en el prólogo del Acuerdo, constituye una amenaza apremiante para la humanidad. Esto debido a los efectos potencialmente irreversibles para la sociedad y el planeta.
Chile es un paÃs altamente vulnerable al cambio climático, cumpliendo con la mayorÃa de los nueve criterios de vulnerabilidad enunciadas por la CMNUCC: posee áreas costeras de baja altura; zonas áridas y semiáridas; zonas de bosques; territorio susceptible a desastres de origen natural; aÌreas propensas a sequiÌa y desertificación; zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica; y ecosistemas montañosos.
Por su condición de paÃs altamente vulnerable al cambio climático, se estima que en Chile las pérdidas ambientales, sociales y económicas por este fenómeno podrÃan llegar a ser significativas, alcanzando al año 2100, un 1,1 % anual del PIB (CEPAL, 2012). La biodiversidad, recursos hÃdricos, infraestructura construida y diversos sectores económicos pueden verse negativamente afectados dentro de este siglo.
El escenario climático proyectado para las próximas décadas, de disminución pronunciada de las precipitaciones y un aumento de la recurrencia de sequÃas, resultarÃa en un incremento en la ocurrencia y el área afectada por incendios. Particularmente vulnerables a estos cambios en el régimen de incendios estarÃan aquellas regiones dominadas por extensas plantaciones y ecosistemas remanentes altamente fragmentados e invadidos por especies exóticas, derivado principalmente del tipo, homogeneidad y continuidad del combustible. Esos incendios, a su vez, cambian la estructura de los suelos, afectando de esta manera la conservacioÌn de los ecosistemas.
En esta misma lÃnea, si se sobrepasa el umbral de los 1,5 ºC de la temperatura del planeta, las posibilidades de adaptación disminuirán ante el colapso de los servicios eco sistémicos, incapaces de mantener la actividad económica actual y a las poblaciones humanas, generándose asà migraciones desde las zonas áridas a las zonas costeras poco elevadas, lo que aumentará el riesgo de inundación producto del aumento de las marejadas y tormentas. La escasez de agua para consumo humano agravada por la sequÃa gatillará graves problemas sanitarios y para la seguridad alimentaria, aumentado asà las brechas de pobreza y desigualdad.
Frente a este escenario debemos recordar que CADA ACCIÓN CUENTA para avanzar en la creación de medidas adaptativas y de mitigación del cambio climático. Y por eso la invitación de Caritas Chile es a revisar nuestros estilos de vida, cuidar la vida en todas sus formas y continuar trabajando por la acción climática, participando en espacios comunitarios donde el acento esté puesto en el “Buen Vivir†en armonÃa con la Casa Común.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
CECh, 29-01-2021