La Hermana Nelly León ha dedicado gran parte de su vida al trabajo con las mujeres recluidas en Santiago. Son más de 2 mil 300 y cada día dedica su jornada a la contención, acompañamiento y ayuda de todas las que precisan su guía espiritual. Para ello fue necesario el estudio de un Magíster en acompañamiento psicoespiritual. Además, en su rol de capellana de la cárcel, está a cargo de la coordinación de todas las actividades religiosas que se hacen al interior de la cárcel.
El llamado a seguir este camino se produjo cuando era estudiante de enseñanza media: “Me llevaron a conocer una cárcel en Sta. Cruz donde yo vivía y me gustó tanto la experiencia que en un principio pensé ser gendarme. Pero con el paso del tiempo cuando estaba en el Instituto conocí a las hermanas del Buen Pastor que en esa época estaban a cargo de la administración de las cárceles de Valparaíso, Santiago y Concepción. Sentí el llamado de Dios y me uní a ellas”.
La labor de la Pastoral Social
¿Cómo aprecia la realidad de las cárceles chilenas?
Horrorosa. Creo que se hacen muchos esfuerzos por mejorar la calidad de vida de las reclusas, pero el hacinamiento dificulta toda posibilidad de mejorías. Mientras el Estado no invierta en una rehabilitación real de las mujeres, principalmente apuntando a las que tienen menor compromiso delictual, no es posible la reinserción. Tuvimos una entrevista con el ministro de Justicia y con el Fiscal Nacional donde le propusimos puntos fundamentales para lograr cambios. Los primero es partir por mejorar las condiciones de espacio y terminar con el hacinamiento. Lo segundo tiene que ver la falta de profesionales dedicados, hay falta de terapias, de acompañamiento, conexiones con las redes sociales, etc; lo que es imposible por la falta de personal. Es importante que la sociedad en su conjunto se haga responsable del tema penitenciario chileno, que se haga parte de esta realidad. Con las condiciones actuales en las cárceles, se hacen más delincuentes. Somos unos de los países de América latina más castigadores, con la población penal más grande y eso nos debe hacer reflexionar.
¿Cómo evalúa la labor de la Pastoral Social con las personas privadas de libertad?
Lo que la Iglesia Católica hace al interior de las cárceles y en especial la Pastoral Social es un tremendo aporte. No basta con hablar de Dios a una persona que ha perdido su libertad, sino que es fundamental darles de comer, cubrir desde sus necesidades mínimas de cuidado y aseo personal, lo que no es aportado por el Estado. Esa la base para iniciar una labor y hasta ahora hemos cubierto esos aspectos. Estamos validados al interior de la Cárcel y somos consultados en nuestro trabajo.
¿Hay alguna historia que la haya marcado en estos años de trabajo?
Muchas. En especial, la de una mujer que se vio involucrada en un delito de narcotráfico. Estaba casada con un diplomático y asegura que nunca tuvo nada que ver con eso, que fue involucrada por un familiar de su esposo. Ella ha sufrido mucho y yo le creo que es inocente.
¿Qué significado tiene para usted el haber recibido el premio de las “100 mujeres líderes”?
Para mí fue una gran sorpresa, nunca pensé ser reconocida por mi trabajo. Creo profundamente que este es un reconocimiento de la sociedad civil hacia la labor de la Iglesia, la vida religiosa y la congregación, más que a mi persona como tal.
Fundación Mujer Levántate
Como fruto de sus 12 años dedicados al trabajo con las mujeres privadas de libertad, la hermana Nelly León vio la necesidad de crear una fundación que acogiera a todas aquellas reclusas que podrían rehacer sus vidas. Es así como con ayuda de la Pastoral Social Caritas, hace dos años nace la “Fundación Mujer Levántate”.
“Trabajamos con mujeres de bajas redes delictuales, próximas a salir en libertad y que no están tan contaminadas, que cayeron en la cárcel por un error. Las rescatamos, hacemos intervención y tenemos una Casa de Acogida para recibirlas cuando no tienen dónde ir y rehacer su vida”
La Fundación las ayuda a realizar actividades de emprendimiento, reinsertarse en la sociedad, para evitar que el rechazo y exclusión las lleve a delinquir de nuevo, como es lo habitual en Chile. Hasta el momento se han acogido cerca de 50 mujeres y otras 45 se encuentran diagnosticadas en espera de salir libres.
“Necesitamos apoyo urgente para seguir con nuestro trabajo, requerimos de personas y ayuda económica para poder continuar”, aclara la Hermana.
Sobre las actividades para despedir el año nos cuenta que este viernes 23 sacramentos fueron entregados. Para esta semana, en tanto, se prepara el cierre del Mes de María, un encuentro de oración y la preparación del nacimiento de Jesús.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
Santiago, 03-12-2010