“Las clases de computación nos hicieron hacer verdaderas obras de arte con power points, navegar entre el mouse y el tecladoâ€. Con estas palabras la Sra. Luisa Toro relató su testimonio como alumna del curso de computación que formó parte de la Escuela de Verano 2011.
La adolescente Camila González, reconoció que le encanto la experiencia de asistir al curso de computación y que piensa repetirla el próximo año. Camila participó de esta Escuela de Verano al igual que sus padres que asistieron a otros cursos, experiencia que vivieron otras familias, dándole a esta iniciativa el carácter de familiar que no sólo los instruye sobre algunos oficios, sino que también promueven la unión de las familias.
Los alumnos se mostraron contentos con la experiencia vivida en estas dos semanas que duró la escuela de verano y sumamente agradecidos con los profesores que voluntariamente donan su tiempo para enseñar oficios que son de interés general. El profesor Luis Jara, quien dio su testimonio expresó que la experiencia de enseñar es sumamente valiosa en su vida profesional y que ha ido aprendiendo de cada uno de sus alumnos.
En el acto se pudo presenciar los frutos de estos cursos, ya que los integrantes del curso de guitarra realizaron una presentación, asà como también lo hicieron los integrantes del curso de baile entretenido.
Las Escuelas de Verano surgen de la motivación de nuestra Iglesia Católica para entregar esperanza, conocimientos y valores a las familias con el objetivo que sean Traspasadas a la comunidad y sirvan para que algunos puedan iniciar y emprender nuevos rumbos.
No sólo se trata de aprender, sino también de compartir experiencias, hacer amistades que perduren en el tiempo, ese porque ese es el espÃritu de las escuelas de verano. Los requisitos para formar parte de esta experiencia: saber escribir, leer y tener ganas de aprender.
Fuente: Comunicaciones Talca
Talca, 26-01-2011