El encuentro del Papa con los detenidos tuvo lugar en la iglesia de Rebibbia, dedicada al Padre Nuestro. Ofrecemos a continuaci贸n un resumen del discurso pronunciado por el Santo Padre.
"'Estaba en la c谩rcel, y vinisteis a verme'. Estas son las palabras del Juicio Final, seg煤n el evangelista Mateo; estas palabras del Se帽or en las que se identifica con los detenidos expresan plenamente el sentido de esta visita. Donde hay un hambriento, un extranjero, un enfermo, un encarcelado, all铆 est谩 Cristo mismo, que espera nuestra visita y nuestra ayuda (...) La Iglesia siempre ha enumerado, entre las obras de misericordia corporal, la visita a los encarcelados. Y 茅sta, para ser completa, requiere una plena capacidad de acogida del detenido, 'haci茅ndole espacio en el propio tiempo, en la propia casa, en las propias amistades, en las propias leyes, en las propias ciudades' (...) El mismo unig茅nito Hijo de Dios, el Se帽or Jes煤s, estuvo en la c谩rcel, fue sometido a un juicio ante un tribunal y sufri贸 la feroz condena de la pena capital".
"Con ocasi贸n de mi reciente viaje apost贸lico a Ben铆n, en noviembre pasado, firm茅 una Exhortaci贸n apost贸lica postsinodal en que recalcaba la atenci贸n de la Iglesia por la justicia en los Estados: 'Hay una necesidad urgente de establecer sistemas independientes judiciales y penitenciarios, con el fin de restaurar la justicia y rehabilitar a los culpables. Se han de desterrar tambi茅n los casos de errores judiciales y los malos tratos a los reclusos, as铆 como las numerosas ocasiones en que no se aplica la ley, lo que comporta una violaci贸n de los derechos humanos, y tambi茅n los encarcelamientos que, s贸lo muy tarde, o nunca, terminan en un proceso. La Iglesia (...) reconoce su misi贸n prof茅tica respecto a todos los afectados por la delincuencia, as铆 como la necesidad que tienen de reconciliaci贸n, justicia y paz'. Los reclusos son seres humanos que merecen, no obstante su crimen, ser tratados con respeto y dignidad. Necesitan nuestra atenci贸n"
Justicia inseparable de la misericordia
"La justicia humana y la divina son muy diversas. Ciertamente, los hombres no son capaces de aplicar la justicia divina, pero al menos tienen que intentar (...) recoger el esp铆ritu profundo que la anima, para que tambi茅n ilumine la justicia humana, para evitar -como lamentablemente sucede no pocas veces- que el detenido se convierta en un excluido. En efecto, Dios (...) proclama la justicia con fuerza, pero al mismo tiempo, cura las heridas con el b谩lsamo de la misericordia".
"Justicia y misericordia, justicia y caridad, puntos cardinales de la doctrina social de la Iglesia, son dos realidades diferentes s贸lo para nosotros, los seres humanos, que distinguimos atentamente un acto justo de un acto de amor (...) Pero para Dios no es as铆: en 脡l justicia y caridad coinciden; no hay una acci贸n justa que no sea tambi茅n un acto de misericordia y de perd贸n y, al mismo tiempo, no hay ninguna acci贸n misericordiosa que no sea perfectamente justa".
"El sistema de detenci贸n se articula en dos puntos firmes: por un lado tutelar a la sociedad de eventuales amenazas y, por otro, reintegrar a quien se ha equivocado sin pisotear su dignidad ni excluirlo de la vida social. Estos dos aspectos son relevantes y se proponen evitar ese 'abismo' entre la realidad carcelaria real y la pensada por la ley, que prev茅 como elemento fundamental la funci贸n reeducadora de la pena y el respeto de los derechos y de la dignidad de las personas".
El hacinamiento y el degrado hacen m谩s amarga la prisi贸n
"S茅 que el hacinamiento y el degrado de las c谩rceles pueden hacer a煤n m谩s amarga la prisi贸n (...) Es importante que las instituciones analicen atentamente la situaci贸n carcelaria, verifiquen las estructuras, los medios y el personal, de modo que los detenidos nunca carguen con una 'doble pena'; y es importante promover un sistema carcelario, que, respetando la justicia, sea cada vez m谩s adecuado a las exigencias de la persona, con el recurso tambi茅n a penas que no incluyan la prisi贸n o a modalidades diversas de detenci贸n".
"Hoy es el cuarto domingo del tiempo de Adviento. 隆Que la Navidad del Se帽or, ya cercana, vuelva a encender con esperanza y amor vuestro coraz贸n! El nacimiento del Se帽or Jes煤s, que recordaremos dentro de pocos d铆as, nos recuerda su misi贸n de llevar la salvaci贸n a todos los hombres, sin exclusi贸n de nadie (...) Pid谩mosle (...) que seamos todos liberados de la prisi贸n del pecado, de la soberbia y del orgullo: Todos necesitamos salir de esta c谩rcel interior para estar verdaderamente libres del mal, de las angustias y de la muerte".
"Quisiera terminar dici茅ndoos que la Iglesia sostiene y anima cualquier esfuerzo tendente a garantizar a todos una vida digna. Estad seguros de que yo estoy cerca de cada uno de vosotros (...) 隆Que el Se帽or os bendiga a todos y tambi茅n a vuestro futuro!".
Fuente: VIS
Vaticano, 19-12-2011