Multitudinario adiós al Padre Pierre Dubois: “Nos enseñó el rostro de Cristo en nuestro tiempo”

Por Paolo Cordero

María tiene 40 años y no viene desde la Victoria. María sólo conoció por la prensa al padre Pierre Dubois, sin embargo, está con lágrimas en los ojos por su partida. "La historia de Chile habría sido otra sin hombres como este", nos comenta mientras nos pide que la dejemos para seguir orando.

La escena ocurre en la Catedral de Santiago. Son las 15.30 horas del lunes y las bancas del templo están llenas. Hay personas de pie, y en las afueras, un pasillo humano que espera. Están todos: los sacerdotes, el coro, los familiares, pero Pierre aún no aparece. La oración se intensifica. Los asistentes saben el por qué del retraso, la comunidad de La Victoria decidió caminar, junto a su cuerpo, hasta el corazón de la ciudad, como queriendo detener el tiempo, como negándose a despedir a su pastor. Repitiendo, en parte, el funeral que en los ’80, recibió el padre André Jarlan.

De pronto, una ovación. "¡Es el padre Pierre!", dice uno de los asistentes. Poco antes, los vicarios de la Iglesia de Santiago habían salido a su encuentro, ahora ingresaban su cuerpo entre aplausos y cantos. Un ensordecedor “¡viva el Padre Pierre!”, se mezclaba con “y yo le resucitaré”, que también entonaba a coro la Iglesia.

Lleno total. Monseñor Ricardo Ezzati, presidiría el responso -y luego la Eucaristía- ante un tumulto que por nada se alejaba del cuerpo del sacerdote fallecido a los 80 años. “Muchos han experimentado lo profundo de su corazón de sacerdote de Jesucristo, de misionero incansable hasta sus últimos días de vida”, dijo el Arzobispo de Santiago.

“Su opción evangélica por los pobres, los excluidos, ha permitido que mucha gente, muchas familias, y muchas poblaciones pudieran experimentar que el hijo de Dios nació pobre, vivió pobre y murió desnudo en una cruz”, siguieron las palabras del Pastor ante una Catedral atenta, y expectante.

Se iniciaba así una celebración llena de signos, recuerdos, y cantos. Era el padre Pierre quien decía adiós. Cada vez que su nombre, o el término justicia social eran mencionados, los aplausos no se hacían esperar.

Monseñor Alfonso Baeza, amigo y ex Vicario de la Pastoral Obrera realizó la homilía. “Pierre fue un testigo de Cristo, un testigo del evangelio. Del Evangelio que es buena noticia para los pobres”, señaló al comenzar su intervención.

“Él nos ha enseñado, nos ha mostrado el rostro de Cristo, el rostro de Dios en nuestro tiempo”. En varias ocasiones, monseñor Baeza recordó el nexo entre la vida y legado del padre Dubois, y la reciente carta pastoral entregada por los obispos chilenos.

“Él era testigo de la Iglesia. La Iglesia que quería el Concilio Vaticano, la Iglesia del Cardenal Silva Henríquez. Y también, de lo que busca la Iglesia hoy día, a veces con fallas, y es que, los trabajadores y todo el pueblo, se encuentren con Jesucristo. Algo que se hace visible, especialmente, en su amor por la justicia, los pobres y los excluidos”.

Un vaso de leche y una canasta de alimentos, una pala y un martillo; una foto del Padre Pierre como ofrendas a Dios, llegaron junto al pan y al vino ante el altar. Estos últimos, entregados a Monseñor Ezzati por María y Antonio, con quienes el padre Pierre pasó sus últimos días en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.

Luego vinieron las palabras de Cristián, coordinador de la Parroquia Nuestra Señora de La Victoria, quién ofreció una reflexión: “¿Qué significó su vida para nosotros? Fue un hombre del Evangelio”, respondió ante una multitud atenta. Su intervención destacó el apoyo del padre Pierre en programas para mejorar la calidad de vida en La Victoria. “Fue un defensor de los Derechos Humanos. Siempre privilegiando la vía pacífica. Con él, sufrimos la muerte de 7 de los nuestros, incluido el querido André Jarlan”, concluyó emocionado, el integrante de la comunidad.

“El padre Pierre Dubois estará siempre en nuestra memoria, nos recordó que la libertad, la Igualdad y la fraternidad, deben estar al centro”, manifestó luego Marc Giacomini, embajador de Francia. La hermana del padre, María Teresa Dubois dijo: “somos felices de que él se quede a en este país, porque la última vez en 1990, cuando volvió a Chile, nos dijo: “la familia está en Chile”.

La Eucaristía finalizó con el mismo espíritu del comienzo. Cantos, oración y entusiasmo acompañaron al Padre Pierre Dubois hasta el Cementerio Católico. En La Victoria, esperan para este martes, la celebración que llevará sus restos de manera definitiva hasta el sector de Santiago donde siempre estuvo su corazón.

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 01-10-2012