Con alegr铆a Benedicto XVI recibi贸 este lunes 3 de diciembre a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio Justicia y Paz, encabezados por su Presidente, el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, a quien agradeci贸 las palabras que le dirigi贸 al inicio de este encuentro, junto a los dem谩s miembros del dicasterio.
En su alocuci贸n, el Papa destac贸 que realizan su Asamblea en este A帽o de la fe, tras el S铆nodo de los Obispos dedicado a la nueva evangelizaci贸n, as铆 como al quincuag茅simo aniversario del Concilio Ecum茅nico Vaticano II y 鈥 dentro de pocos meses 鈥 del aniversario de la Enc铆clica Pacem in terris del beato Papa Juan XXIII, contexto que de por s铆 ofrece m煤ltiples est铆mulos.
"La Doctrina social, como nos ha ense帽ado el beato Papa Juan Pablo II, es parte integrante de la misi贸n evangelizadora de la Iglesia (Cf., Enc. Centesimus annus, 54), y, con mayor raz贸n, debe consider谩rsela importante para la nueva evangelizaci贸n (Cf. ibid., 5; Enc. Caritas in veritate, 15). Acogiendo a Jesucristo y su Evangelio, adem谩s de en la vida personal, tambi茅n en las relaciones sociales, llegamos a ser portadores de una visi贸n del hombre, de su dignidad, de su libertad y capacidad de relacionarse, que se caracteriza por la trascendencia, tanto en sentido horizontal como vertical", se帽al贸 el Pont铆fice.
Y a帽adi贸 que de la antropolog铆a integral, que deriva de la Revelaci贸n y del ejercicio de la raz贸n natural, dependen la fundaci贸n y el significado de los derechos y de los deberes humanos, como nos ha recordado el Beato Juan XXIII precisamente en la enc铆clica Pacem in terris (Cf. n. 9).
En efecto, dijo el Papa 鈥渓os derechos y los deberes no tienen como 煤nico y exclusivo fundamento la conciencia social de los pueblos, sino que dependen primariamente de la ley moral natural, inscrita por Dios en la conciencia de toda persona y, por tanto, en 煤ltima instancia de la verdad sobre el hombre y sobre la sociedad".
A帽adi贸 que, si bien la defensa de los derechos ha hecho grandes progresos en nuestro tiempo, "la cultura actual, caracterizada, entre otras cosas, por un individualismo utilitarista y un car谩cter tecnocr谩tico de la econom铆a, tiende a devaluar a la persona; la cual es concebida como un ser 鈥渇luido鈥, sin consistencia permanente. El hombre de hoy, a pesar de estar inmerso en una red infinita de relaciones y de comunicaciones, parad贸jicamente con frecuencia aparece aislado, porque es indiferente con respecto a la relaci贸n constitutiva de su ser, que es la ra铆z de todas las dem谩s relaciones, es decir su relaci贸n con Dios".
Hacia un nuevo humanismo
El Papa tambi茅n afirm贸 que el hombre de hoy es considerado en clave prevalentemente biol贸gica o como 鈥渃apital humano鈥, 鈥渞ecurso鈥, parte de un engranaje productivo y financiero que los domina. De ah铆 que si por una parte, se contin煤a proclamando la dignidad de la persona, por otra, nuevas ideolog铆as 鈥 como la hedonista y ego铆sta de los derechos sexuales y reproductivos o la de un capitalismo financiero desordenado que prevarica sobre la pol铆tica y desestructura la econom铆a real 鈥 contribuyen a considerar al trabajador dependiente y su trabajo como bienes 鈥渕enores鈥 y a minar los fundamentos naturales de la sociedad, especialmente la familia".
Y a帽adi贸 textualmente:
"De una nueva evangelizaci贸n del 谩mbito social pueden derivar un nuevo humanismo y un renovado empe帽o cultural y de proyecci贸n. Ella ayuda a desentronizar a los 铆dolos modernos, a sustituir el individualismo, el consumismo materialista y la tecnocracia, con la cultura de la fraternidad y de la gratuidad, del amor solidario. Jesucristo ha resumido y dado cumplimiento a los preceptos en un mandamiento nuevo: 鈥淐omo yo los he amado a ustedes, as铆 谩mense tambi茅n ustedes unos a otros鈥 (Jn 13, 34); aqu铆 est谩 el secreto de toda vida social plenamente humana y pac铆fica, as铆 como de la renovaci贸n de la pol铆tica y de las instituciones nacionales y mundiales".
Despu茅s de recordar que el beato Papa Juan XXIII en su enc铆clica Pacem in terris ha motivado el empe帽o por la construcci贸n de una comunidad mundial, con una correspondiente autoridad a partir del amor, y del amor por el bien com煤n de la familia humana, Benedicto XVI dijo:
"Ciertamente la Iglesia no tiene el deber de sugerir, desde el punto de vista jur铆dico y pol铆tico, la configuraci贸n concreta de semejante ordenamiento internacional, pero ofrece a quien tiene esta responsabilidad aquellos principios de reflexi贸n, criterios de juicio y orientaciones pr谩cticas que pueden garantizar el armaz贸n antropol贸gico y 茅tico en torno al bien com煤n (Cf. Enc. Caritas in veritate, 67). De todos modos, hay que tener presente en la reflexi贸n que no se deber铆a imaginar un s煤per poder, concentrado en las manos de pocos, que dominar铆a a todos los pueblos, explotando a los m谩s d茅biles, sino que toda autoridad debe ser entendida, ante todo, como fuerza moral, y facultad de influir seg煤n lar raz贸n (Cf. Pacem in terris, 27), o sea como autoridad participada, limitada por competencia y por el derecho".
Antes de impartirles su bendici贸n apost贸lica, Su Santidad concluy贸 agradeciendo al Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz porque junto a las dem谩s instituciones pontificase, se ha prefijado profundizar las orientaciones ofrecidas en su enc铆clica Caritas in veritate. Y se despidi贸 con el deseo de que la Virgen Mar铆a, quien con fe y amor ha acogido en s铆 al Salvador para darlo al mundo, nos gu铆e en el anuncio y en el testimonio de la Doctrina social de la Iglesia, para hacer m谩s eficaz la nueva evangelizaci贸n.
Texto del discurso del Santo Padre (en italiano)
Fuente: Radio Vaticana
Vaticano, 03-12-2012