Asimismo, en su mensaje, Benedicto XVI hace especial énfasis en que “la paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos”. Sobre esto, el Presidente de la Comisión Justicia y Paz, señala que: “en su mensaje, el Papa se refiere a la emergencia educativa, ejemplo concreto de lo que él entiende por eso, que no es solo una capacitación, sino que involucra una sociedad que se eduque para la paz. Además el Papa lo hace en medio de tensiones que existen en varios países en crisis y guerras, lamentablemente la paz sigue siendo frágil en nuestro planeta, desde ese punto de vista me parece muy pertinente el mensaje”, enfatiza.
El Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz
Pablo VI estableció que cada 1 de enero, durante la Solemnidad de María Madre de Dios, se celebrara la Jornada Mundial de la Paz.
“El comienzo de un Año nuevo, don de Dios a la humanidad, es una invitación a desear a todos, con mucha confianza y afecto, que este tiempo que tenemos por delante esté marcado por la justicia y la paz”, manifiesta el Papa Benedicto XVI al inicio de su mensaje. Luego nos llama a recibir el 2012 aguardando al Señor como el centinela a la aurora.
Benedicto XVI también recoge las inquietudes de los jóvenes durante este tiempo. Dice: “Las preocupaciones manifestadas en estos últimos tiempos por muchos jóvenes en diversas regiones del mundo expresan el deseo de mirar con fundada esperanza el futuro. En la actualidad, muchos son los aspectos que les preocupan: el deseo de recibir una formación que los prepare con más profundidad a afrontar la realidad, la dificultad de formar una familia y encontrar un puesto estable de trabajo, la capacidad efectiva de contribuir al mundo de la política, de la cultura y de la economía, para edificar una sociedad con un rostro más humano y solidario”.
Siguiendo la línea propuesta por el lema de la Jornada de este año, el Papa manifiesta que “la educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida”. Explica que “educar –que viene de educere en latín– significa conducir fuera de sí mismos para introducirlos en la realidad, hacia una plenitud que hace crecer a la persona”. En este sentido la familia es el primer lugar donde se educa a las personas, seguida por las instituciones dedicadas a la educación. A ellas llama “que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona”. También invita a los políticos a hacer su contribución para ayudar a familias e instituciones para ejercer su derecho a educar.
El Papa aclara: “La primera educación consiste en aprender a reconocer en el hombre la imagen del Creador y, por consiguiente, a tener un profundo respeto por cada ser humano y ayudar a los otros a llevar una vida conforme a esta altísima dignidad”. Añade: “Sólo en la relación con Dios comprende también el hombre el significado de la propia libertad. Y es cometido de la educación el formar en la auténtica libertad”.
Paz verdadera
“La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios”, asegura el Papa. “Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros”
A los jóvenes el Papa finalmente dice: “Vosotros sois un don precioso para la sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante las dificultades y no os entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el camino más fácil para superar los problemas. No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia, humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis”. A todos los católicos manifiesta: “Miremos con mayor esperanza al futuro, animémonos mutuamente en nuestro camino, trabajemos para dar a nuestro mundo un rostro más humano y fraterno y sintámonos unidos en la responsabilidad respecto a las jóvenes generaciones de hoy y del mañana, particularmente en educarlas a ser pacíficas y artífices de paz”.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
Santiago, 03-01-2013