El reciente naufragio y la muerte de 366 inmigrantes, en las costas de la isla italiana de Lampedusa, en octubre, señala el fracaso de la polÃtica de inmigración de la Unión Europea. Este incidente no es un caso aislado de otros, en los que las personas migrantes son maltratadas, explotadas y agredidas, como consecuencia de un enfoque negativo de las migraciones, por parte de los gobiernos de todo el mundo.
Los habitantes de Lampedusa y la Diócesis de Agrigento actuaron para salvar las vidas de aquellos que lo necesitaban: sus acciones deben inspirar a nuestros gobiernos a seguir su ejemplo.
Caritas y el JRS quieren expresar que los refugiados y las personas migrantes tienen derecho a una vida digna.
Los migrantes y refugiados tienen derecho a una vida digna. Caritas y el JRS instan a los lÃderes religiosos y polÃticos, a las organizaciones internacionales y de las Naciones Unidas a reconocer que los migrantes tienen el derecho a emigrar y que no son criminales, y a asegurar que gobiernos:
• intensifiquen los esfuerzos para salvar a la gente en el mar. El nuevo reglamento de la UE para el control de fronteras, Eurosur, debe asegurar la búsqueda y rescate eficaz de las personas migrantes. No se puede condenar a los capitanes de barco que rescatan a las personas migrantes, como si fueran delincuentes;
• inviertan más recursos en la reducción de la pobreza, mediante la educación, mejorando las infraestructuras y el buen gobierno, con polÃticas adecuadas en los paÃses de origen;
• aumenten los presupuestos de ayuda para el desarrollo humano, con el fin de aumentar las oportunidades de las personas en sus paÃses de origen;
• promuevan la migración también como una oportunidad de desarrollo para todos. Las investigaciones demuestran que las personas migrantes contribuyen más a las sociedades de acogida, que los presupuestos públicos se gastan en ellos;
• abran canales para la migración regular laboral, incluida la de los trabajadores poco cualificados;
• proporcionen una protección eficaz y soluciones de accesibilidad para las personas que huyeron de la violencia y de violaciones de derechos humanos, al mismo tiempo que se invierte en medidas de consolidación de la paz;
• abroguen la detención indiscriminada de personas que buscan protección, asà como su criminalización, denominándoles migrantes ilegales. Reduzcan el uso del internamiento de las personas migrantes, aplicando otras alternativas;
• protejan los derechos de las personas migrantes y refugiadas, de acuerdo con los compromisos adquiridos con la firma de tratados y convenciones de derechos humanos;
• persigan de forma efectiva a las redes criminales, que explotan y torturan y ponen en riesgo la vida de las personas migrantes para su beneficio personal;
• trabajen con organizaciones de la sociedad civil, que acompañan y asisten a las personas migrantes.
Las personas refugiadas y solicitantes de asilo que sobreviven a la travesÃa tienen que enfrentarse a un largo proceso para obtener una protección eficaz. Tras su llegada a Lampedusa o a otro lugar de las costas italianas, los refugiados son olvidados y se vuelven invisibles, en las ciudades europeas. Centro Astalli (JRS Italia) acompaña y apoya a los refugiados urbanos en toda Italia.
Caritas Italiana planea establecer un centro en Lampedusa, que quiere convertirse en un sÃmbolo internacional de la trágica pérdida de vidas de las personas migrantes, estudiando y controlando los movimientos en el Mediterráneo y en colaboración con otras partes del mundo, que ven también a los migrantes que mueren en su viaje.
Nota
Caritas Internationalis es la organización humanitaria y organismo oficial de la Iglesia católica para el desarrollo.
El Servicio Jesuita a Refugiados es una organización católica internacional, cuya misión es acompañar, servir y defender los intereses de los refugiados y otras personas desplazadas por la fuerza.
Ambos llevan las voces de las personas migrantes y refugiadas a los foros mundiales sobre migración y desarrollo. También apoyan medidas como el asesoramiento previo a la partida, la acogida, los servicios de integración, el asesoramiento legal y social.
Fuente: Caritas Internacional
Santiago, 05-11-2013