Como el de un hombre conmovido resume su estado espiritual el P. Luis Roblero SJ, al completar un poco más de un año como director de la Comisión nacional de Pastoral Carcelaria y capellán nacional de Gendarmería.
En una reflexión que compartió con los capellanes del país, el p. Roblero se refiere a la violencia, precariedad y pobreza de la cárcel. "Es un mundo de castigo donde no existe misericordia; es la extensión última de la mano de una sociedad que maltrata a los que fracasan, a los que se equivocan, a los que les va mal en la vida".
A juicio del capellán nacional, la tragedia de Iquique y más aún la de Valparaíso "nos alertan que la solidaridad que mueve a miles de jóvenes está reemplazando a la justicia de la cual nos debemos hacer cargo como país. Emociona ver cómo nos ayudamos unos a otros en estos momentos de dolor, pero preocupa que no se vea la misma determinación a la hora de compartir lo que tenemos para construir un país más inclusivo y equitativo. Los cerros pobres de Valparaíso siempre han estado ahí, lo mismo que las “casas quebradas” de Alto Hospicio".
"Esta Semana Santa la viviré de una manera distinta", dice el padre Roblero: , "la pasión traerá a mi memoria las miles de ilusiones que se esconden en cada una de las celdas pero que difícilmente se concretarán porque el corazón de misericordia para acoger al que busca insertarse en la sociedad está muy lejos aún del alma de la patria. La pasión traerá la angustiosa pregunta que me hago cada día que entro a la Penitenciaría de Santiago, ¿por qué Chile sólo encierra a los pobres que delinquen? Hasta nuestro sistema de justicia reproduce las enormes desigualdades de nuestra patria".
Recuerda el director de la Pastoral Carcelaria que cientos de agentes pastorales comparten día a día "la pasión y muerte de nuestros hermanos/as privados de libertad. Pero por sobre todo compartimos la resurrección: estamos junto a ellos/as, la Iglesia de Jesús florece en medio de ellos/as. No hay catedrales, no hay ornamentos, no hay poder, no hay privilegios… sólo hay presencia, presencia amorosa, presencia misericordiosa, presencia que restaura la vida humana porque hace presente al Señor resucitado en sus vidas".
"Como Iglesia carcelaria tenemos mucho que hacer porque muchas vidas humanas están a nuestro cuidado (…) Nosotros, pastores de recintos penales, conocemos bien la misericordia de Dios; es la misericordia que debe darle forma a la silueta de nuestra Iglesia y de nuestro quehacer carcelario", concluye la reflexión del p. Luis Roblero.
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Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
Santiago, 16-04-2014