La familia en un momento de crisis económica

La familia en un momento de crisis económica

A mediados de septiembre se realizó una conferencia organizada por Caritas Internacional y el Consejo Pontificio para la Familia para reflexionar sobre cómo la familia puede ser un recurso importante para hacer frente a la crisis financiera.

 
Lunes 29 de Septiembre de 2014
Desde hace seis años, la crisis económica se ha proyectado como una larga sombra sobre las esperanzas y posibilidades de las personas. En este momento el mercado libre ha producido un sector que está en auge: la exclusión social. Las 85 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad de la población mundial.

En este mundo de extremos algunos jóvenes tienen la suerte de conseguir incluso una educación. En los países ricos, como en Italia y en España, cada vez más familias recurren a Caritas en busca de ayuda a la compra de libros escolares de sus hijos.

Mientras tanto, en otras partes del mundo, producto de la guerra, las familias y sus jóvenes son despojados de sus hogares, su país, su esperanza y su oportunidad de una educación. El ochenta por ciento de los refugiados sirios en Jordania son menores de 35 años Un gran número de ellos no tienen ninguna posibilidad de ir a la escuela, ya sea en Siria o como refugiados en otros países.

La herencia que dejamos a nuestras generaciones más jóvenes es una contradicción enorme y chocante: mientras un grupo exclusivo está convirtiendo rico más allá de sus sueños más salvajes, las colas en las puertas de Cáritas son cada vez más y más.

Estamos dejando a nuestros jóvenes un mundo con más inestabilidad, menos empleo y menos oportunidades. Un mundo donde casarse, establecer un hogar y tener una familia se convierte en un sueño lejano.

En momentos en que la gente necesita más que nunca de tener una familia a su alrededor para ayudar a amortiguar los golpes repetidos tratados por este tiempo de crisis, las personas se están encontrando cada vez más solas y aisladas. Incluso cuando tienen una familia, la gente a menudo no se siente valorada como parte de la sociedad.

Nuestro mayor reto en este momento es asegurar que nuestra energía como individuos, como familias y como sociedades, se centre en el bien común y no en las necesidades individuales.

La Sagrada Familia nos recuerda la importancia de permanecer juntos en tiempos de dificultad. La figura de Cristo nuestro Señor nos inspira a salir y cuidar de aquellos que son frágiles o que han perdido el rumbo.

Las familias de hoy pueden ser reacios a admitir que han caído en tiempos difíciles y necesitan ayuda financiera o emocional. Como cristianos, necesitamos una "visión de rayos X", que pueda penetrar en los corazones de la gente y reconocer cuando necesitan una mano. Dentro de nuestras propias familias tenemos que estar atentos y conscientes de la necesidad de la unidad, apoyo y comprensión.

Por encima de todo, debemos valorar las familias en nuestra sociedad y ayudarles a darse cuenta de que son un enorme recurso de esperanza para todos nosotros y que son los bloques de construcción con los que se hacen nuestras sociedades.

Con este pensamiento, podemos construir un futuro en el que abrazamos nuestra familia humana y donde las puertas de la sociedad están abiertos a todo el mundo. En este futuro, el capitalismo se va a despedir, el amor y la compasión se convertiría en la moneda global.

Fuente: Caritas Internacional
Santiago, 29-09-2014