A continuación publicamos la carta Ãntegra:
Se está discutiendo en el Congreso el proyecto "Agenda corta antidelincuencia". Pareciera que las cifras conocidas no argumentan a favor que el aumento de penas a ciertos delitos ayudará a disminuir la delincuencia. Chile tiene la tasa de carcelación más alta de Latinoamérica y pese a ello existe un 50% de reincidencia. La cárcel no está rehabilitando. Antes de pensar en encerrar más, deberÃamos trabajar en una polÃtica eficaz de reinserción dirigida a la población penal multi-reincidente, es decir, la población penal más pobre y violenta.
No se trata solo de capacitar o educar dentro de las cárceles, sino que la inteligencia del diseño de la polÃtica debe estar puesta en cómo se capacita y educa a una persona violentada desde su cuna al nacer al margen de todo lo sistema de socialización y de dignificación humana.
Para que sea eficaz, esta polÃtica debe ser además pensada, diseñada y ejecutada por los que conviven a diario con los presos y los que conocen el mundo de la extrema marginalidad. Este mundo es prácticamente desconocido por la literatura y no se ven experiencias de reinserción en otros paÃses muy distintas a lo que hoy se hace en Chile. Yo apuesto por los uniformados y profesionales de GendarmerÃa, porque en ellos está la experiencia acumulada por años de convivencia con este mundo que podrÃa traducirse en una valiosa polÃtica de reinserción.
Antes de invertir en nuevas cárceles y de aumentar las condenas de los delitos de los pobres, invirtamos en polÃticas de reinserción que repararen las secuelas dejadas por la marginalidad, tanto en el privado de libertad como en su familia. La privación de libertad hace justicia con la vÃctima, pero el abuso de este recurso no otorgando verdaderas oportunidades de rehabilitación, no asegura que quien delinque no vuelva a hacerlo y la justicia se transforma solo en venganza.
P. Luis Roblero sj
Capellán de Cárceles
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
Santiago, 22-04-2015