La diócesis de Illapel se encuentra trabajando para ayudar a todas las familias que resultaron afectadas por el terremoto del pasado 16 de septiembre.
El Obispo, Mons. Jorge Vega, armó un equipo diocesano de Acción Humanitaria encabezado por el Padre VÃctor Zambrano, quien coordinará las acciones de ayuda a las comunidades en conjunto con las autoridades de la zona, organizaciones sociales de la prelatura y el equipo nacional de Caritas Chile, con el fin de optimizar el trabajo.
"Recién estamos viendo algunos de los daños ocasionados por el terremoto, sabemos que hay muchos sectores que resultaron bastante afectados. También en estos dÃas en las conversaciones con las familias, nos hemos dado cuenta que hace mucha falta el apoyo psico-espiritual, la contención, ese es otro foco que tenemos que atender a la brevedad. Hemos dispuesto de un centro de acopio para empezar a movilizar la ayuda y nos interesa que empecemos a trabajar en red con la comunidad", señaló Mons. Vega.
El sentir general de la comunidad es que este fue un "terremoto mentiroso", el nivel de destrucción fue mayor a lo que se puede apreciar a simple vista, hay mucha pérdida de viviendas y daños mayores que solo son apreciables al ingresar a las casas.
Lo perdieron todo
En un recorrido efectuado hacia la localidad de Canela, un equipo de Caritas Chile recogió algunos testimonios de familias que se encuentran sufriendo las consecuencias del terremoto. Subiendo por Carquindaño, encontramos a Jaqueline Rojo: "Esto del terremoto nos ha dejado muy mal. Soy sola con mi papá quien está muy enfermo, sufrió una trombosis y parálisis, tiene 75 años y tiene poca movilidad, por lo que me costó rescatarlo mientras las cosas iban cayendo el dÃa del terremoto. Perdimos nuestra casa, es de adobe y por lo que vemos tendremos que demolerla, ahora estamos durmiendo en el sector de Canela en la casa de una hermana. No podemos quedarnos acá porque corremos peligro. Yo estoy con pánico y mi papá está muy choqueado, recién estábamos viviendo el duelo por la partida de mi mamá y ahora con esto nuestro ánimo volvió a caer. Además nos duele mucho perder nuestra casa, nuestra historia, nuestro punto de encuentro familiar, es mucha la pena".
Subiendo por la carretera, se encuentra la casa de Lino Jorquera, quien con impotencia saca los escombros de lo que era parte de su casa: "Estoy tratando de ver que lo puedo rescatar. La casa está tal cual como quedó después del terremoto, no he podido limpiar y ver cómo resguardar. Gracias a Dios ese dÃa mi familia estaba en Canela. Están todos muy tristes porque saben que va a pasar harto tiempo antes que podamos volver a vivir aquÃ. Mi hijo chico no ha querido volver al colegio, está muy asustado, le estamos dando calmantes. No sé todavÃa qué vamos a hacer, estoy esperando que pasen las autoridades".
Carlos Orellana y Lina Trigo son un matrimonio de adultos mayores que también perdieron su casa construida de adobe: "Cuando vino el temblor fuerte, se empezó a caer todo, menos mal que estábamos en la otra pieza y que el niño no estaba, porque la muralla cayó arriba de su cama. También perdimos un estanque de agua de 2400 litros que quedó sepultado. Tenemos miedo que se terminen por caer las murallas con las réplicas. No sabemos qué hacer, todavÃa no recibimos ayuda ni visita de las autoridades".
En la localidad de Las Tazas, Jasmina Leiva, entre lágrimas que no puede contener, nos relata que: "Es terrible quedar sin casa, lo perdimos todo. Ahora nos estamos quedando en esta carpa que pusimos en el patio porque no podemos entrar, las paredes podrÃan caer. Queremos quedarnos acá porque este es nuestro hogar y acá tenemos nuestras cosas, animales. Nos dijeron que tendremos que demoler. Yo tengo mucho miedo, siento un ruido y es terrible. Está muy complicado, sobretodo la limpieza que tenemos que hacer. Está todo lleno de tierra. No sé por dónde empezar".
Muy afectada se encuentra, Ana Cortés Rojo, quien también perdió su casa:"Ya no puedo estar en mi casa, mi cocina, ni usar mis cosas. Yo le pedÃa a Dios que nos protegiera, estábamos con mi marido encerrados porque la puerta estaba con llave. Yo solo rezaba para que pudiéramos salir, hasta que por fin pasó y pudimos abrir. Gracias a Dios que los dos estamos bien, pero yo no logro recuperarme, tengo pánico con tanta réplica, creo que en cualquier momento se nos pueden caer las paredes. Estamos pensando armarnos una media-agua para poder descansar".
En el sector de La Arboleda, al interior de Salamanca, vive la familia de Ismael GarcÃa y su esposa Cyntia Ventura: "Es muy traumante, primera vez que vivo un terremoto con mis niños. Lo importante es que todos como familia estamos bien. No podemos quedarnos en la casa porque es de adobe y todas las paredes están muy agrietadas y podrÃan caer, sobretodo en la pieza de los niños. En estos dÃas nos estamos quedando en la casa de mi cuñada como hallegados, pero alguna solución tenemos que encontrar porque somos muchos. Además, mi hijo pequeño tiene una enfermedad grave y no lo podemos exponer. Mi hijo mayor está con mucho miedo, siente un temblor y sale corriendo".
Al término del recorrido por tres dÃas en la zona, se realizó la primera reunión de coordinación con organizaciones de la sociedad civil y voluntarios de la diócesis con el fin de armar un equipo de trabajo que desde ya se encargue de las primeras acciones de ayuda humanitaria que se requieren para ir en apoyo de la comunidad.
En tanto, Caritas Chile continúa con la campaña “Por una Patria Solidariaâ€, recibiendo aportes en la cuenta del Banco de Chile 117-01, para ayudar a nuestros hermanos que están sufriendo los efectos de esta nueva emergencia que afecta a nuestro paÃs.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
Santiago, 25-09-2015