Acerca de la Ancianidad: Una Mirada desde la Psicología

Acerca de la Ancianidad: Una Mirada desde la Psicología

Compartimos esta interesante columna en la que la psicóloga y terapeuta familiar, Susana Muñoz Aburto, directora de Serbal Centro Desarrollos Sistémicos, reflexiona sobre esta etapa de la vida y el rol que muchas veces les damos a los adultos mayores en nuestras familias y sociedad.

 
Jueves 03 de Marzo de 2016
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Parte de nuestro ciclo de vida en el cual la biología nos recuerda la cercanía del límite con la muerte....la aparición en la conciencia de que se es anciano/a se aparece silenciosa y solapada como si fuese un vago recuerdo de imágenes y percepciones juveniles en donde ese momento parecía estar a distancias siderales...

Momento de balances, recuentos y narrativas entre haberes, deberes....y deudas...emergen silenciosos o no tanto a través de gestos...rostros... huellas que se hacen carne en el cuerpo...e impactan fuertemente en los vínculos cercanos..

El rol de los adultos mayores en la trama psicosocial emerge confusa y sombría....en este tejido, las obligaciones y pagos de deudas existenciales de los ancianos, son vividas como perturbación y exigencia hacia adultos partes del sistema,que a su vez pueden sentirse sobrepasados por la propia vida...

Es un tiempo presente que se observa impactado por premisas y juicios antiguos acerca de la ancianidad, estas pueblan el imaginario tanto de ancianos como de adultos y el resto de la población, de manera que a todos alcanza el miedo a la exclusión, al dolor, al daño, a la locura a la muerte.

Se va configurando entonces, un entorno paradojal amenazante que favorece y reafirma premisas socio-culturales de la ancianidad en la cual índices estadísticos y económicos las señalan como carga...estableciéndose un circuito vicioso en que estas premisas se retroalimentan....al margen de nuestra conciencia...

¿Cómo?
Ancianos internamente paralizados por el miedo y la negación son percibidos por la población adulta también con miedo, como incapaces, frágiles, pasivos...en definitiva... cargas, lo cual aumenta el miedo... que a su vez aumenta y favorece la parálisis, la cual se va externalizando, confirmando a su vez la premisa de la carga...

El miedo generalizado abre paso al control....con lo cual se silencia aún más la voz de los ancianos...que se olvidan de si mismos aumentando su pasividad y en última instancia se ofrecen como objeto....


¿Cómo sienten los ancianos?... ¿cuáles son sus deseos o sus sueños?... ¿cuáles son las reflexiones en ese momento de la ruta acerca de la vida vivida?...¿de qué modo querrían morir?... son preguntas que nos quedan por responder y cuyas reflexiones serían de gran utilidad para los adultos que observan en los ancianos un futuro que no querrían vivir...

Abrir este espacio... en intimidad y confianza... compartir el miedo... escuchar, narrar y re narrar estas historias nos permitiría recoger experiencia, de modo que al final del día... emerja en cada uno de nosotros la certeza de que la vida de todos tiene/tuvo sentido. Así, enraizados en la historia familiar, el recuerdo que los vivos tengan de sus ancianos muertos y las vivencias de duelo se transformen entonces en terrenos fértiles para la gratitud... reparación... restauración y creación de nuevos recorridos.

Fuente: Pastoral Social Caritas
Santiago, 03-03-2016