En una declaraci贸n conjunta ante la cumbre sobre las personas migrantes y refugiadas que organiza las Naciones Unidas en Nueva York el pr贸ximo 19 de septiembre, las dos redes mundiales de Caritas y JRS reclaman la m谩xima prioridad para satisfacer las necesidades de protecci贸n, particularmente de mujeres y ni帽os. Esto significa, en respuesta a las necesidades de las personas migrantes y refugiadas, garantizar sus Derechos Humanos as铆 como el pleno respeto del derecho internacional sobre personas refugiadas.
El secretario general de Caritas Internationalis, Michel Roy, asegura que 鈥淓l desaf铆o que plantea la crisis de solidaridad en respuesta a los movimientos de la migraci贸n es masivo y la comunidad internacional se est谩 esforzando para encontrar una respuesta a largo plazo. Pero este reto supone una oportunidad 煤nica para revisar el sistema y elaborar un plan para mejorar la respuesta internacional鈥.
La Guerra, la desigualdad, la pobreza, el cambio clim谩tico鈥 han expulsado de sus hogares, a fecha de hoy, a m谩s gente que nunca antes desde la fundaci贸n de la ONU: son m谩s 65 millones de desplazados forzosos en todo el mundo, incluyendo m谩s de 21 millones de refugiados, 3 millones de solicitantes de asilo y m谩s de 40 millones de desplazados internos.
Todos los Estados miembros de Naciones Unidas deben adoptar compromisos claros para proteger y garantizar esos derechos y que esos compromisos se traduzcan r谩pidamente en pol铆ticas que corrijan las existentes y que son incapaces de proteger a las personas. Que la migraci贸n sea una opci贸n y no una necesidad debe asegurarse mediante pol铆ticas migratorias responsables dentro del marco acordado previamente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los Estados deben dar cobertura tanto a las necesidades b谩sicas de las personas migrantes y refugiadas que viven fuera de los campamentos como a sus necesidades a largo plazo apoyando procesos de formaci贸n y empleo para acceder a medios de vida sostenibles
A nivel local e internacional, la lucha contra la trata de seres humanos deber ser una prioridad tanto en los programas de emergencia como en la acci贸n a largo plazo.
Instamos a las Naciones Unidas a revisar sus estructuras actuales, evaluar las ventajas comparativas de todos los actores, y definir m谩s claramente su papel de coordinaci贸n y el de la sociedad civil como actores de desarrollo. Tambi茅n llamamos a la transparencia de las pr谩cticas de financiaci贸n.
Adem谩s, queremos realizar un llamamiento a los pa铆ses desarrollados para que no usen la ayuda al desarrollo para financiar los costes de la acogida a las personas refugiadas dentro de sus fronteras. Pedimos a todos los pa铆ses que dejen de condicionar la cooperaci贸n al Desarrollo al control de flujos migratorios.
Denunciamos p煤blicamente nuestro rechazo a las expulsiones y devoluciones forzosas de personas, as铆 como la reformulaci贸n o reinterpretaci贸n del derecho humanitario internacional sobre refugiados para evitar que las personas soliciten refugio o para facilitar que sean retornadas.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional a compartir la responsabilidad de proporcionar protecci贸n a las personas que huyen de sus hogares evitando que algunos pa铆ses carguen sobre sus hombros todo este peso por su propia cuenta.
La declaraci贸n concluye se帽alando que: "Consideramos la Cumbre de Jefes de Estado del 19 de septiembre como una oportunidad hist贸rica para fortalecer la respuesta a las migraciones internacionales creando un sistema capaz de proteger los derechos y responder a las necesidades de los grandes movimientos de refugiados y migrantes".
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
CECh, 15-09-2016