Queridos amigos,
Las campanas suenan durante el Adviento no solo en celebración, sino también para despertarnos de nuestro sueño.
En Adviento estamos invitados a contemplar a una joven mujer embarazada y su esposo que abandonaron su hogar y enfrentaron un viaje de dificultad e incertidumbre.
La Sagrada Familia era una familia de inmigrantes. Jesús nació en un establo en las afueras de Belén, en el "lado equivocado de las vÃas", como dicen hoy en dÃa. No hubo bienvenida para su madre embarazada y su padre cansado. Las puertas y corazones del dÃa estaban cerrados para ellos.
Jesús nació en los entornos más pobres y humildes, y no mucho después de su nacimiento, se convirtió en un refugiado. Temiendo por sus vidas, sus padres huyeron con él a Egipto.
El bebé Jesús, en su pequeñez y vulnerabilidad, nos llama a mirar a los niños nacidos en campamentos, en las fronteras, en los márgenes de las sociedades con ojos nuevos y audaces. ¿Nos atrevemos a abrir nuestras puertas? ¿Nos atrevemos a abrir nuestros ojos y corazones a estos niños y sus familias?
A través del niño Jesús, Dios se acerca a nosotros y nos llama a avanzar en nuestro propio viaje personal. ¿Decimos que no hay lugar en la posada o ofrecemos compartir el viaje con migrantes y refugiados esta Navidad?
Caritas les desea una Navidad donde abundan el amor, la alegrÃa y la esperanza.
Cardenal Luis Tagle
Presidente de Caritas Internationalis
CECh, 11-12-2017