Intervinieron en la presentación el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Monseñor Segundo Tejado Muñoz, Subsecretario del mismo Dicasterio y el Sr. Alberto Piatti, Vicepresidente de la Empresa Responsable y Sostenible ENI.
Firmado en la Ciudad del Vaticano el pasado 4 de octubre, en la Fiesta de San Francisco de AsÃs, el PontÃfice propone en su
Mensaje una reflexión articulada en tres puntos: La redención de la creación; La fuerza destructiva del pecado y La fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón para destacar que la Cuaresma es signo sacramental de la conversión a la que están llamados constantemente todos los cristianos, a fin de encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en la vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna.
Ayuno, oración y limosna
Es interesante destacar que ante el verbo “ayunarâ€, Francisco escriba que significa “aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturasâ€, es decir, pasar “de la tentación de devorarlo todo, para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar el vacÃo de nuestro corazónâ€. Mientras “orar†es necesario – escribe – “para saber renunciar a la idolatrÃa y a la autosuficiencia de nuestro yo, y declararnos necesitados del Señor y de su misericordiaâ€. A la vez que “dar limosna†es un imperativo “para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que asà nos aseguramos un futuro que no nos perteneceâ€.
De este modo el Papa Bergoglio afirma que es posible volver a encontrar la alegrÃa del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarlo, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.
Amar a nuestros hermanos y al mundo entero
Hacia el final de su mensaje el PontÃfice recuerda que la “Cuaresma del Hijo de Dios fue un entrar en el desierto de la creación para hacer que volviese a ser aquel jardÃn de la comunión con Dios que era antes del pecado originalâ€. De ahà que manifieste su esperanza de que “nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar también la esperanza de Cristo a la creación, que será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Diosâ€.
Abandonar el egoÃsmo y la mirada fija en nosotros mismos
Por último el Santo Padre recomienda no dejar “transcurrir en vano este tiempo favorableâ€. E invita a pedir a Dios “que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversiónâ€; a la vez que exhorta a abandonar el egoÃsmo y la mirada fija en nosotros mismos, dirigiéndonos hacia la Pascua de Jesús haciéndonos “prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materialesâ€.
“Asà – concluye el Mensaje pontificio para la Cuaresma de este año – acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creaciónâ€.
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Texto completo del Mensaje
Fuente: www.vaticannews.va
Ciudad del Vaticano, 26-02-2019