“¿Dónde está el amor?” Esta era la pregunta que en "Oliver", el musical de los años sesenta, hacía el joven huérfano Oliver Twist cuando se sentía solo y abandonado. Es una canción que me conmovía profundamente cuando era pequeño. Se trata de una pregunta muy humana que muchos de nosotros nos hacemos cuando la vida nos parece dura o cuando vemos injusticias en nuestras propias vidas o en las de los demás.
Esta es también la pregunta que hizo Cristo en la cruz cuando gritó: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” ¿Dónde estaba el amor cuando Jesús fue traicionado, abandonado por sus amigos y crucificado como un criminal?
A veces nos encontramos en un lugar oscuro, como Jesús en la cruz, y nos puede parecer que en nuestras vidas falta el amor. A veces, cuando se desatan las injusticias y reinan los tiranos, parece que el mundo entero se encuentra en un lugar oscuro, pero si observamos más detenidamente a las personas y las situaciones, vemos que es entonces cuando el amor se revela.
En el viaje de Jesús – su Calvario – a la cruz y más allá, en el mar de odio que le rodeaba, también hubo intensos momentos de amor: las mujeres y Juan, que se enfrentaron al dolor de estar al pie de la cruz cuando todos los demás lo habían abandonado; el buen ladrón, que rompió el estereotipo de delincuente impenitente y le pidió a Jesús que se acordara de él cuando llegara a su reino; José de Arimatea, que superó su miedo a ser abiertamente un seguidor de Cristo para pedirle a Pilato su cuerpo; Nicodemo, que dio generosamente grandes cantidades de mirra y aceites para embalsamar el cuerpo de Cristo; las mujeres que fueron a la tumba al tercer día para ocuparse del cuerpo, sin tener idea de cómo mover la roca que bloqueaba la entrada; e incluso Pilato, que vio la injusticia de la situación y quiso liberar a Jesús.
Lo que tienen en común todas estas acciones es que parecen casi insignificantes, especialmente si se comparan con la violencia de la crucifixión y todo lo que había sucedido antes. ¿Qué diferencia puede marcar un acto de amabilidad ante el mal implacable?
La respuesta es que puede marcar una absoluta diferencia en el mundo, en modos que ni siquiera podemos imaginar, porque estas pequeñas acciones de cuidado y amor están coronadas por el AMOR y la entrega total de Cristo crucificado en la cruz.
Desde los tiempos de Jesús, que atendía a los pobres, curaba a los enfermos y acogía a los marginados, nuestra fe se ha ido construyendo a través de encuentros y de personas que se entregan a sí mismas para entender profundamente a los otros y sus situaciones.
Nos llamamos cristianos para encontrarnos con otras personas y caminar a su lado humildemente, sin juzgar y sin pretender tener la respuesta a todos sus problemas. Es a través de estos encuentros cuando nuestros corazones se abren y se encuentran ante un nuevo horizonte y con unas energías renovadas para seguir adelante. Es a través de estos encuentros cuando el espíritu transforma los corazones de las comunidades y juntos construimos el Reino de Dios.
La transformación se produce lentamente y a menudo se esconde del ojo humano. A lo largo del pasado año, Caritas “plantó” miles de acciones de amor por todo el mundo a través de su campaña Compartir el Viaje. Estas acciones aparentemente pequeñas crecerán, como la semilla de mostaza, y llegarán a trascender nuestros días en esta Tierra.
Hemos estado animando a nuestras comunidades a acercarse a los migrantes y refugiados, a compartir una comida, y ahora les pedimos que caminen 1 millón de kilómetros en las diferentes partes del mundo junto con migrantes y refugiados.
Muchas comunidades en Siria, Chile, Burkina Faso, Nueva Zelanda, Irak, Somalia, Tailandia, Colombia, Tonga, Grecia, Polonia, Francia, España, Suecia, Suiza, India, Canadá, Honduras, Marruecos, Portugal, Costa Rica, Italia, EE.UU. y Reino Unido han estado caminando con migrantes y refugiados, y muchas otras comunidades están planeando unirse a esta iniciativa.
Les invitamos a que tomen el poder del amor desatado por Cristo resucitado esta Pascua, y con el amor que hayan recibido, esparzan por el mundo las semillas de la esperanza. Les invitamos a Compartir el Viaje con los migrantes y refugiados, caminando con ellos.
Caritas es amor, no es solo una palabra, es un estilo de vida para verdaderamente ver, encontrar y entender a otras personas. Este es el estilo de vida de estar para los demás y de vivir para ellos, creyendo que la luz siempre vencerá a la oscuridad para que todos seamos uno.
Cardenal Luis A. Tagle, Presidente de Caritas Internatiinalis
Fuente: Comunicaciones Pastoral Caritas Chile
CECh, 16-04-2019