Caritas invita a un viaje de Cuaresma para fortalecer la familia humana con amor

Por Mons. Pierre Cibambo, asesor eclesiástico de Caritas Internationalis

Caritas invita a un viaje de Cuaresma para fortalecer la familia humana con amor

Caritas Internationalis envío su mensaje de Cuaresma 2020 a través de Mons. Pierre Cibambo, asesor eclesiástico de la Confederación.

 
Martes 25 de Febrero de 2020
En su mensaje de Cuaresma de este año, el papa Francisco nos invita a todos a "salir de nuestro letargo". Nos invita a escuchar "el clamor de los pobres y de la Tierra" , a cambiar de dirección y a pasar a la acción.

El Santo Padre nos pide que pongamos el Misterio Pascual en el centro de nuestras vidas y que "sintamos compasión por las heridas de Cristo crucificado, en las muchas víctimas inocentes de las guerras y las tiranías". Nos pide que nos centremos en las innumerables formas de violencia que vemos en el mundo, los desastres medioambientales, la distribución desigual de los bienes de la tierra, la trata y todas las formas de materialismo desenfrenado.

El torpor se presenta de muchas formas en muchas personas. El letargo nos adormece, en un sueño reconfortante pero nos aleja de Dios. Nos da la sensación de ser autosuficientes y de tener todas las respuestas a nuestros problemas, significa que pasamos al lado de los demás, sin verlos ni oírlos realmente.

Tal vez nos escondamos en nuestro trabajo o en nuestros teléfonos móviles, o recurramos a la bebida y a estimulantes artificiales para pasar el día. Quizás nos obsesionemos con nuestra apariencia o posesiones o envidiemos a otras personas por lo suyo o nos envolvamos en el orgullo o la arrogancia, incapaces de ver la verdadera belleza de los demás y del mundo que nos rodea.

El viaje de nuestro despertar es de renuncia y humildad. Nuestro viaje de Cuaresma nos lleva al desierto, para enfrentarnos a nuestro verdadero ser y acercarnos a Dios. Es un viaje que nos lleva a la muerte y la resurrección, y esto finalmente nos trae el amor, la alegría y la esperanza.

Nuestro viaje de Cuaresma está acompañado por la oración y el ayuno. Sólo vaciándonos de nosotros mismos, habrá espacio para Dios en nuestras vidas y despertaremos el deseo de entregarnos plenamente a los demás y de reaccionar ante sufrimientos e injusticias. Estamos invitados a acompañar a los pobres y a dar limosna durante la Cuaresma, para ver realmente dónde hay grandes necesidades en el mundo y responder a ellas. Estamos invitados a comprender nuestro verdadero lugar, en la familia humana, y a reconocer los lazos que nos unen a todos.

Si miramos a nuestro alrededor, en nuestro mundo de 2020, ¿dónde vemos el clamor de los pobres y de la Tierra? Estamos escuchando ese clamor y les pedimos a ustedes que lo escuchen también. Los gritos provienen de regiones devastadas por el cambio climático, donde la gente pasa hambre y sed, como en Zambia y el Sahel; mujeres como Nduwimana gritan cuando dan a luz en campos de refugiados, lejos de su hogar; el pueblo de Venezuela clama por la justicia en su sociedad, donde la gente se enfrenta a la opción de huir o dejar que sus hijos pasen hambre; los enfermos y moribundos, mientras tanto, nos piden una mano para que los acompañemos en su viaje.

En su reciente Exhortación Apostólica Postsinodal Querida Amazonía, hablando de la explotación de la gente y los recursos de la Amazonía, el papa Francisco dice: "Necesitamos sentir la indignación... ante la injusticia". Advierte de los peligros de que nuestra conciencia social se vuelva aburrida y se acostumbre al mal. Dice que la humanidad debe ser cada vez más consciente y respetuosa de la naturaleza y la ecología humana.

El mundo puede parecernos a veces injusto, abrumador y desconectado y podemos preguntarnos: "¿Qué puedo hacer frente a todo esto?" Caritas les invita a dar el primer paso en su viaje, simplemente parándose un momento y poniéndose a rezar, humildemente, para ver y escuchar a la gente de alrededor. El siguiente paso es ofrecer de comer a los hambrientos, una mano amiga a los enfermos y moribundos, escuchar la voz de los que no tienen voz y hacernos eco de su clamor, dando limosna a los necesitados. Estamos llamados a promover la curación en nosotros mismos y en los demás y a fortalecer nuestra familia humana con amor.

El papa Francisco dijo una vez: "¡Se necesita una buena persona para restaurar la esperanza!" Todos podemos ser esa persona.

Fuente: Comunicaciones Cuaresma
CECh, 25-02-2020