Chile es uno de los paÃses más vulnerables a los efectos del Cambio Climático, dadas sus caracterÃsticas geográficas es susceptible a múltiples amenazas de origen natural y antrópicas que, sin la adecuada planificación territorial y sin una mirada integral de la gestión de riesgo, es propenso a vivir desastres socionaturales con gran daño hacia las comunidades que comparten diariamente con los ecosistemas que permiten la existencia en todas sus formas.
Este escenario preocupante y alarmante, nos insta a manifestar cambios en nuestras formas de producir y consumir, asumiendo un compromiso de restaurar nuestros ecosistemas como una acción relevante para el desarrollo integral de la humanidad.
El Papa Francisco en la encÃclica "Laudato sÃ" nos señala: "Hemos crecido pensando que éramos propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla [a la tierra]. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los sÃntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que “gime y sufre dolores de parto†(Rm 8.22) Olvidamos que nosotros mismos somos tierra†(cf. Gn2,7)†(LS, 2).
¡La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos!
Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos producto de la grave contaminación. El calor extremo ha aumentado la ocurrencia de los incendios forestales afectando principalmente a las comunidades que habitan en la interfaz urbano forestal. Producto del aumento de la temperatura, los eventos climáticos se han modificado provocando graves inundaciones afectando a millones de personas. La sequÃa extrema ha agudizado la brecha de la pobreza aumentando la vulnerabilidad de múltiples familias que no tienen agua para mantener condiciones mÃnimas de higiene, salud y dignidad. El Cambio Climático acelerado por la intervención de los recursos naturales por los seres humanos, ha perturbado el desarrollo de la biodiversidad, ejemplo de ello es la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrÃcola, minera y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, han puesto en riesgo al planeta avanzando paulatinamente a su destrucción.
Este DÃa de la Madre Tierra, es el primero que se celebra dentro del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas, los que sustentan todas las formas de vida de la Tierra. La salud de nuestros ecosistemas depende directamente de la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar aquellos que están dañados ayudará a disminuir la pobreza, a combatir el Cambio Climático y prevenir una extinción masiva. Pero sólo lo conseguiremos si todo el mundo pone de su parte.
Recordemos hoy, en el DÃa Internacional de la Madre Tierra, que necesitamos un cambio hacia una economÃa más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonÃa con la naturaleza y la Tierra. ¡Juntos actuemos por un mañana mejor¡
Fuente: Comunicaciones Caritas Chile
CECh, 22-04-2022