En
mensaje final de la
jornada se señala que “a la luz de la Palabra del Dios y los testimonios de los y las participantes, estamos conscientes de la complejidad de atender eclesialmente de manera urgente a los hermanos y hermanas en situación de movilidad humanaâ€, agregando que en tiempos marcados por crisis polÃticas, sociales, económicas y humanitarias que atraviesan los paÃses y agudizados por la crisis sanitaria “es importante reconocer que ningún paÃs de la región podrá, actuando solo, atender los desafÃos que la migración presentaâ€.
Por ello, en el texto se relevan las palabras del Papa Francisco: "Las comunidades católicas, cada vez más libres de todo miedo, están llamadas a tender puentes con los recién llegados promoviendo una auténtica cultura del encuentro (...) se invita a estas comunidades a ver la presencia de muchos migrantes y refugiados no cristianos o no creyentes como una oportunidad providencial para cumplir la misión evangelizadora a través del testimonio y la caridad".
“Debemos impulsar acciones pastorales y sociales que favorezcan una articulación entre el sector privado, público, civil y eclesial que a su vez permitan responder adecuadamente a la coyuntura actual, donde muchas veces las comunidades locales se enfrentan a los grupos de migrantes manifestando rechazo y profundizando las grietas de la exclusión socialâ€, se enfatiza en el documento.
Además, se manifiesta la importancia de reconocer que, para muchas personas “el migrar sigue siendo un pesar y sufrimiento, que se ve agravado cuando reciben tratos deshumanizantes por parte de organismos estatales, civiles y/o eclesialesâ€, razón por la que se invita a la sociedad a reflexionar y comprender “que nos enfrentamos a
una situación nunca antes vista en la región, marcada por procesos migratorios forzados que nos exhortan a desarrollar acciones que fortalezcan valores sociales poniendo siempre como eje central a las personasâ€.
“Reconocemos el legÃtimo derecho de los Estados a defender su soberanÃa, pero para ello no se puede actuar de manera indolente, es imprescindible humanizar el trato que reciben las personas migrantes, refugiadas, victimas de trata y tráfico, promoviendo procesos de acogida, protección e integración dignos, ajustados al Derecho y que respeten los tratados internacionales, solo asà se podrá desincentivar la migración irregularâ€, enfatiza la declaración
El texto que finaliza con una plegaria a la Sagrada Familia, pidiendo a Dios “que ilumine nuestras acciones eclesiales en favor de las personas migrantes en quienes reconocemos ante todo la presencia de Cristo, y vemos en ellos una bendición y oportunidad de enriquecer nuestros paÃses y culturasâ€, es firmado por los pastores representantes de los tres paÃses reunidos: Moisés Atisha Contreras, obispo de Arica; Óscar Blanco MartÃnez, obispo de Calama; Guillermo Fajardo Rojas, administrador diocesano de Iquique; Ignacio Ducasse Medina, arzobispo de Antofagasta; Ricardo Morales Galindo, obispo de Copiapó; Ciro Quispe López, obispo de la prelatura de Juli, Perú; y Basilio Mamani Quispe, obispo Auxiliar de La Paz, Bolivia.
Fuente: Obispado de Arica - Comunicaciones CECh / Caritas Chile
Arica, 26-05-2022
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